Los fundadores de Ripple no están de acuerdo en sus opiniones políticas

Una reciente donación política ha puesto de relieve una creciente división en las opiniones políticas de los principales ejecutivos de Ripple, señalando que incluso dentro de la dirección de una de las compañías de criptomonedas más prominentes, la unidad política está lejos de ser garantizada. El cofundador de Ripple, Chris Larsen, fue noticia recientemente al donar $10 millones en XRP para apoyar la campaña de la vicepresidenta de EE. UU., Kamala Harris, en las elecciones presidenciales de 2024.
Este audaz movimiento político ha resaltado las diferencias en las posturas políticas entre los fundadores de Ripple, particularmente entre Larsen y el CEO Brad Garlinghouse.
La donación de Larsen, una de las mayores contribuciones en apoyo a la campaña de Harris, estuvo acompañada de un llamado a una nueva perspectiva sobre la regulación de las criptomonedas. Expresó su preocupación por el estado actual de las políticas regulatorias de los activos digitales en EE. UU., sugiriendo que una presidencia de Harris podría fomentar una postura más progresista sobre los temas de criptomonedas. Larsen ha sido un defensor vocal de la necesidad de regulaciones claras y favorables para asegurar que EE. UU. siga siendo competitivo en la economía digital global. Su donación política parece estar alineada con su impulso más amplio para una reforma regulatoria que podría beneficiar a la industria de las criptomonedas.
Por otro lado, el CEO de Ripple, Brad Garlinghouse, ha adoptado una postura política más neutral. Aunque Garlinghouse no se ha opuesto a la contribución de Larsen, ha evitado alinear a Ripple o a sí mismo con alguna figura política o campaña en particular. La postura de Garlinghouse refleja un enfoque más cauteloso, centrado en construir la reputación de Ripple como líder en tecnología blockchain, sin involucrar a la empresa en las complejidades del discurso político en EE. UU. Su postura sugiere un deseo de mantener las operaciones de Ripple por encima de las líneas partidistas, especialmente en un entorno político donde el futuro regulatorio de las criptomonedas sigue siendo incierto.
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Esta diferencia en la estrategia política ha generado discusiones dentro de la comunidad de criptomonedas. Mientras algunos apoyan el compromiso activo de Larsen en la política estadounidense, esperando que esto conduzca a resultados regulatorios favorables, otros aprecian el enfoque más moderado de Garlinghouse, que enfatiza la neutralidad y se centra en las operaciones comerciales fundamentales de Ripple.
A medida que EE. UU. se prepara para elecciones cruciales en 2024, es probable que los cofundadores de Ripple continúen enfrentando preguntas sobre la posición política de la compañía. Las diferencias de opinión entre Larsen y Garlinghouse podrían reflejar debates más amplios en la industria sobre cómo las empresas cripto deberían interactuar con el panorama político.
Si otros líderes de la industria seguirán el ejemplo de Larsen o elegirán la neutralidad de Garlinghouse está por verse a medida que se acercan las elecciones de 2024 en EE. UU.
Recordemos que Ripple se está preparando para lanzar su propia plataforma de stablecoin. Durante la conferencia XRP en Las Vegas, el director de tecnología de Ripple, David Schwartz, captó la atención de la comunidad cripto al insinuar que el stablecoin de la compañía se lanzará en junio.
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