14.05.2025
Eugene Komchuk
Redactor en Traders Union
14.05.2025

Brave frente a Opera: ¿Cómo debería ser un navegador Web3?

Brave frente a Opera: ¿Cómo debería ser un navegador Web3? Por qué importan los criptonavegadores y cuál es su futuro

En el mundo de los navegadores centrados en criptomonedas han surgido dos claros líderes: Brave y Opera. Ambos compiten por dominar este nicho, pero la pregunta sigue siendo: ¿en qué medida encajan en el panorama de Web3?

Recientemente, Brave saltó a los titulares al lanzar una importante actualización, añadiendo soporte nativo para Cardano en sus monederos de criptomonedas integrados e independientes. Esto permite a los usuarios gestionar sus tokens directamente y participar en la gobernanza del ecosistema.

Según el CEO de Brave, Brendan Eich, esta integración tiene como objetivo hacer que la interacción con los servicios descentralizados sea aún más fácil y segura sin limitar el control del usuario. Destacó que la actualización refuerza el acceso multicadena manteniendo la privacidad y la capacidad de elección.

Brave ya es compatible con Ethereum y Solana, y la incorporación de Cardano amplía aún más sus funciones de gobierno de red. Los planes futuros incluyen el lanzamiento de herramientas de computación que preserven la privacidad y los intercambios entre cadenas.

Los orígenes del navegador Brave

Brave se lanzó en 2016 como respuesta a la creciente frustración de los usuarios con los anuncios intrusivos y el seguimiento en línea. Su fundador, Brendan Eich -más conocido por crear JavaScript y cofundar Mozilla- se propuso construir un navegador que bloqueara los anuncios y los rastreadores por defecto, ofreciendo una experiencia de navegación más segura y rápida.

Pero Brave no se quedó ahí. Introdujo un enfoque totalmente nuevo de la publicidad y la monetización en línea a través del Token de Atención Básica (BAT). Los usuarios pueden elegir si quieren ver anuncios que respeten su privacidad y ganar tokens BAT como recompensa.

Además de sus funciones de privacidad, Brave integró un monedero criptográfico nativo y se convirtió en uno de los primeros navegadores compatibles con Web3 y dApps. Esta medida fue bien recibida por los usuarios.

Hoy en día, Brave cuenta con millones de usuarios en todo el mundo, asociaciones con los principales proyectos de blockchain y un exitoso ecosistema de criptomonedas. El navegador ha ganado numerosos premios por su seguridad e innovación y sigue evolucionando como plataforma multicadena, permitiendo a los usuarios gestionar criptoactivos y participar en redes descentralizadas directamente desde el navegador.

Surge un serio competidor

Durante años, Brave dominó el espacio de los criptonavegadores, mientras que muchos proyectos competidores no lograron ganar tracción o se cerraron prematuramente. Eso cambió en enero de 2022, cuando Opera lanzó la versión beta de su Crypto Browser.

Opera había estado observando el espacio Web3 desde 2018, comenzando con la adición de una billetera criptográfica a su aplicación móvil Android. Después de varios años de desarrollo, la compañía lanzó un navegador dedicado diseñado específicamente para interacciones web descentralizadas.

A diferencia de los navegadores tradicionales, el Crypto Browser de Opera proporcionaba acceso integrado a cripto noticias, airdrops de tokens, calendarios de eventos, contenido educativo y análisis de mercado. También ofrecía un monedero para gestionar los activos digitales más populares directamente desde el navegador.

Sin embargo, en febrero de 2024, Opera anunció el fin del soporte para su Crypto Browser independiente, animando a los usuarios a cambiar a su navegador principal Opera, que ahora incluye todas las mismas características de Web3. Esto incluye Opera Wallet, compatible con Bitcoin, Ethereum, Solana y otras redes blockchain.

En lugar de abandonar Web3, Opera optó por integrar las funcionalidades criptográficas directamente en sus productos principales.

Hacia la integración de la IA

En los últimos años, subidos a la ola de popularidad de la IA con herramientas como ChatGPT, los criptonavegadores han empezado a integrar también la inteligencia artificial.

Opera introdujo Aria, un asistente de IA integrado basado en OpenAI y modelos de Google. Aria ayuda a los usuarios a buscar información, generar contenido, traducir texto y crear artículos, todo ello adaptándose al estilo de escritura del usuario.

Brave también ha lanzado Leo, su propio asistente de IA. Leo ayuda a resumir contenidos web, redactar artículos e incluso escribir código. Lo que distingue a Leo es su enfoque basado en la privacidad: todas las interacciones del usuario se procesan sin almacenar datos, y los usuarios pueden cambiar entre varios modelos de IA para mayor flexibilidad.

Opera se centra en ampliar la funcionalidad e integrarse con las principales plataformas de IA, posicionando a Aria como una herramienta de productividad con todas las funciones. Brave, por su parte, prioriza la máxima privacidad y protección de los datos del usuario.

Navegantes del mundo Web3

Brave y Opera han demostrado que los navegadores ya no son solo herramientas para acceder a sitios web. Se han convertido en puertas de acceso al ecosistema Web3, permitiendo a los usuarios gestionar activos digitales, interactuar con aplicaciones descentralizadas y participar en la gobernanza de blockchain directamente desde el navegador.

Los criptonavegadores surgieron para satisfacer las necesidades de los usuarios que buscan herramientas para la interacción con blockchain, la gestión de tokens, los servicios descentralizados y los pagos seguros. Tanto Brave como Opera muestran cómo Web2 y Web3 pueden unificarse en una única interfaz, con monederos integrados, soporte multicadena y herramientas de criptoeconomía.

En la actualidad, estos navegadores van más allá de la funcionalidad criptográfica básica al integrar inteligencia artificial para ayudar a los usuarios a buscar, crear y trabajar de forma más eficiente. En definitiva, los criptonavegadores se están convirtiendo en plataformas universales para el usuario Web3, ofreciendo un acceso cómodo y seguro a las tecnologías descentralizadas y a la economía digital emergente.

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