Las acciones de Tesla suben a 254 dólares mientras los inversores asimilan los recortes de precios y los cambios de política

A 16 de abril de 2025, Tesla Inc. (NASDAQ: TSLA) cotiza a 254,11 dólares, lo que supone una recuperación parcial desde su mínimo de marzo, pero sigue reflejando una fuerte caída del 40% desde su máximo de diciembre de 2024, cerca de los 500 dólares.
Desde una perspectiva técnica, el gráfico de Tesla sigue siendo bajista, dominado por la reciente formación de un "cruce mortal", una condición en la que la media móvil simple (SMA) de 50 días cruza por debajo de la SMA de 200 días. Este patrón suele indicar un debilitamiento del impulso y señala la posibilidad de una caída sostenida. Actualmente, la SMA de 50 días de Tesla se sitúa en torno a los 288,76 $, mientras que la SMA de 200 días ronda los 290,60 $, lo que deja a la acción muy por debajo de ambas medias móviles clave.
La última vez que Tesla experimentó un cruce de la muerte fue en mayo de 2022, que fue seguido por una fuerte caída de más del 50%. Aunque el rendimiento pasado no siempre es indicativo de los resultados futuros, la reaparición de este patrón técnico añade peso al sentimiento negativo actual. El índice de fuerza relativa (RSI) se mantiene por debajo del nivel neutral de 50, lo que confirma la falta de impulso alcista. Mientras tanto, el MACD (Moving Average Convergence Divergence) sigue en territorio negativo, sin signos de convergencia, lo que sugiere que cualquier rebote será probablemente de corta duración.
Dinámica de la cotización de TSLA (febrero 2025 - abril 2025). Fuente: TradingView.
En cuanto a los niveles técnicos clave, el soporte se sitúa ahora en 240 $, en línea con los mínimos recientes. Una ruptura por debajo de este nivel podría llevar a una rápida prueba de la marca de los 220 $, un umbral psicológica y técnicamente significativo. Al alza, Tesla se enfrenta a una fuerte resistencia en torno a los 270 $ y de nuevo cerca de la zona de los 290 $, nivel en el que se sitúa la media móvil de 200 días. Estas zonas de resistencia deberán ser recuperadas para que se produzca una reversión alcista significativa a corto plazo.
Aranceles, previsiones de entrega y vientos en contra de la marca
Más allá de los aspectos técnicos, Tesla también se enfrenta a una serie de retos fundamentales. Uno de los problemas más acuciantes es la imposición de un arancel del 145% sobre los productos chinos -incluidos los componentes críticos de los vehículos eléctricos y los materiales de las baterías- por parte de la administración Trump. Se espera que esta medida política eleve el coste medio de producción de vehículos de Tesla, lo que se traducirá en aproximadamente 5.000 dólares de gasto añadido por unidad vendida. A su vez, los analistas estiman que la demanda estadounidense de vehículos Tesla podría caer hasta un 9%, lo que afectaría a los ya frágiles volúmenes de entrega.
Varios grandes bancos de inversión han revisado sus perspectivas en consecuencia. UBS ha recortado su precio objetivo para Tesla a 190 dólares, citando una caída interanual prevista del 11% en las entregas de vehículos para 2025. Mizuho también ha recortado su precio objetivo a 375 dólares, por debajo de los máximos anteriores, reflejando la probabilidad de que unos precios más altos depriman el apetito de los consumidores. El objetivo de consenso de Wall Street se mantiene en torno a los 327 dólares, pero incluye una amplia gama de resultados, lo que indica una incertidumbre considerable. Estos factores se suman a la preocupación por la erosión de la marca, ya que el comportamiento público del Consejero Delegado Elon Musk ha provocado la reacción de los consumidores en mercados mundiales clave, sobre todo en partes de Europa y Estados Unidos.
A estas presiones se suma el panorama cada vez más competitivo del sector mundial de los vehículos eléctricos. Fabricantes chinos como BYD y Nio, junto con empresas tradicionales como Volkswagen y Ford, están ampliando agresivamente su oferta de vehículos eléctricos, a menudo a precios más bajos. La capacidad de Tesla para mantener su cuota de mercado se ve amenazada no sólo por los precios, sino también por los ciclos de innovación y las estrategias de localización.
A corto plazo, es probable que se produzcan desplazamientos en función de la autonomía
De cara al resto del segundo trimestre de 2025, es probable que la cotización de Tesla se mantenga dentro de un rango, con un riesgo a la baja mayor que el potencial alcista, a menos que las condiciones del mercado mejoren significativamente. Una ruptura por debajo de 240 $ abriría la puerta a un descenso hacia 220 $ y, potencialmente, hacia el nivel psicológico de 200 $ si las cifras de entregas decepcionan o se intensifican las presiones macroeconómicas. Por otra parte, si el valor recupera la tracción y supera la resistencia de 270 $, seguido de una nueva prueba de 290 $, el sentimiento podría empezar a cambiar hacia un tono entre neutral y alcista.
A corto plazo, sin embargo, el camino de menor resistencia sigue siendo a la baja. La presencia de la cruz de la muerte, las revisiones negativas de las expectativas de entrega y los riesgos geopolíticos del comercio forman un trío de vientos en contra que probablemente frenen cualquier recuperación sostenida. Los operadores y los inversores deben vigilar de cerca los niveles técnicos, al tiempo que permanecen atentos a los acontecimientos fundamentales -incluidos los próximos resultados y actualizaciones normativas- que pueden actuar como catalizadores en cualquier dirección.
Las entregas de Tesla en el 1T 2025 cayeron a 337.000 unidades, un 13% interanual y unas 40.000 por debajo de las expectativas, la mayor caída desde 2020. Los analistas citan los cambios en la producción, el debilitamiento de la demanda y la intensificación de la competencia mundial de vehículos eléctricos como factores clave del déficit.