Las alternativas al dolar impulsan el ascenso sin precedentes del oro

El aumento del oro ha culminado en un alza del 33% y se acerca al notable hito de los $2,800.
El metal amarillo se cotiza ahora aproximadamente a $2,750 por onza, lo que representa un aumento del 1% respecto al mínimo de ayer de $2,720.
El impulso alcista actual en los precios del oro está subrayado por un creciente interés entre los inversores, particularmente a medida que se avecinan incertidumbres económicas globales.
Este sentimiento ha sido alimentado aún más por las tensiones geopolíticas y el cambio continuo de la hegemonía del dólar estadounidense, especialmente en países como Rusia y China.
Estas naciones han estado explorando alternativas al dólar, y el oro ha surgido como un jugador clave en este nuevo panorama.
En Suiza, se estima que 200 toneladas de oro, valoradas en CHF 15 mil millones ($17.3 mil millones), son de propiedad privada, con aproximadamente el 22% de la población participando en inversiones en oro. Esta tendencia es notable dado que el 65% de los encuestados suizos considera que el oro es una inversión "sensata", impulsada por su estabilidad percibida y valor a largo plazo.
Sin embargo, esta carrera por invertir en oro no está exenta de cautela, ya que muchos inversores también buscan realizar ganancias de sus tenencias, con ventas de emergencia volviéndose más comunes.
El análisis técnico señala un posible retroceso
Desde una perspectiva técnica, el índice de fuerza relativa (RSI) del oro indica condiciones de sobrecompra, lo que sugiere una posible caída a corto plazo. El reciente movimiento de precios ha superado el máximo histórico anterior de $2,680 registrado el 6 de octubre, pero el RSI actual es más bajo que durante ese pico. Esta divergencia podría ser una señal de que el mercado está cerca de un techo, con un retroceso bajista inminente.
Aunque el oro está alcanzando niveles sin precedentes, si persisten las condiciones de sobrecompra, podría producirse una corrección a corto plazo, lo que llevaría a los compradores a reevaluar sus posiciones. No obstante, la demanda subyacente de oro sigue siendo fuerte.
El FOMO está impulsando el interés institucional en el oro. Mientras tanto, los inversores privados siguen siendo reacios a liquidar sus tenencias.