Pronósticos Mensual – Análisis de divisas, criptomonedas y acciones

La atonía del crecimiento económico en la Eurozona, acompañada de la incertidumbre en torno a nuevas medidas del Banco Central Europeo, repercutió negativamente en la dinámica de la moneda única europea a lo largo del mes de enero. En este contexto, el repunte previo al Año Nuevo no continuó en enero, y el euro volvió a estar bajo presión.

Tras la celebración del Año Nuevo, la actividad del mercado fue bastante baja, pero no impidió que el euro perdiera casi todas sus ganancias de diciembre y cayera hasta el soporte de 1,0800. El presidente de la Fed estadounidense, Jerome Powell, cuestionó en sus comentarios la bajada de las tasas de interés en la reunión de marzo, lo que no hizo más que añadir negatividad a la moneda única.

No obstante, el BCE pretende lograr el pleno control de la inflación y, a pesar de su ralentización, podría retrasar la bajada de las tasas de interés. Teniendo esto en cuenta, es posible que el tipo de cambio EUR/USD logre cierto equilibrio y limite el potencial bajista, por lo que los bajistas deberían ser cautelosos. Al mismo tiempo, no hay motivos para un crecimiento a gran escala del euro en estos momentos, y sus retrocesos pueden aprovecharse para la venta.

El principal factor que influyó en los mercados financieros y se convirtió en el motivo de la extensa adopción de riesgos por parte de los inversores fueron las expectativas de tres recortes de las tasas de interés en la primavera de 24 tras las declaraciones pertinentes del presidente de la Reserva Federal de EE. UU., Jerome Powell.

Así, los especuladores se deshicieron activamente del dólar estadounidense y compraron acciones de forma aún más activa, lo que provocó el crecimiento de los índices bursátiles hasta nuevos máximos en varios casos. Además, el factor "navideño", tradicionalmente alcista durante la Navidad, desempeñó un papel importante en el repunte bursátil.

A pesar de la corrección de principios de año, los alcistas siguen controlando la situación, lo que permite prever un futuro próximo positivo. No obstante, los informes empresariales y los datos sobre la inflación en EE.UU. pueden cambiar el sentimiento de los inversores, por lo que los toros deben ser extremadamente cautelosos en los niveles actuales, ya que el destino del rally navideño puede depender de estos factores.

Además, el aumento de la producción de los productores de petróleo de esquisto de EE.UU. se sumó a los factores bajistas, lo que también socavó los esfuerzos de Arabia Saudí. No obstante, los bajistas del petróleo no deberían ignorarlos, ya que los riesgos de cierto déficit de petróleo siguen presentes en el mercado, y la situación puede cambiar en cualquier momento.

Los principales factores que tuvieron un impacto significativo en los mercados financieros la semana pasada fueron el ataque de Hamás contra Israel y el comienzo de la guerra entre estos dos países, así como el rápido crecimiento de los rendimientos de la deuda pública estadounidense. En este contexto, los inversores se deshicieron de los activos de riesgo y compraron activamente oro y dólar estadounidense.

Los mercados bursátiles sufrieron enormemente las consecuencias mencionadas, con una caída de los índices a gran escala. Las elevadas tasas de interés en EE.UU. contribuyeron al crecimiento de los rendimientos de la deuda pública, por lo que el hecho de que la Fed mantuviera las tasas sin cambios la semana pasada y el enfriamiento del mercado laboral redujeron significativamente la probabilidad de nuevas subidas, y volvió el apetito de riesgo de los inversores.

En estos momentos, los índices han recuperado gran parte de sus pérdidas, lo que puede animar a los alcistas a realizar más compras. No obstante, la Fed tiene intención de mantener las tasas de interés altas durante un periodo prolongado, y aún es posible que se produzca otra subida en función de los datos que vayan llegando, por lo que los alcistas deben ser extremadamente cautelosos.

El mes pasado, el dólar dominó los pares con muchos de sus competidores, apoyado por los sólidos datos macro económicos de Estados Unidos y las expectativas relacionadas con una subida más de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal.

A los factores que apoyaban al dólar se unió el rápido crecimiento de los rendimientos de la deuda pública estadounidense, que también hizo que los inversores huyeran de los activos de riesgo. En este contexto, los vendedores se activaron en los mercados de valores, y los índices bursátiles terminaron el mes en zona negativa.

Aunque los índices están intentando tocar fondo este mes, y los alcistas del dólar están fijando los beneficios de las posiciones largas, no hay motivos para el optimismo en este momento y es posible que el dólar vuelva a ser comprado a la baja, y que los índices de valores reanuden su caída. Los acontecimientos en Oriente Medio han añadido incertidumbre, creando riesgos de que se desarrollen más conflictos militares a escala mundial.